Hoy, he encontrado de pura casualidad el blog de elizenda, un blog que visitaré mucho porque me ha encantado y en él he encontrado este poema que he tomado prestado porque éste día y a esta hora me siento brujita Rita.
Dicen que la bruja Rita es la mejor del planeta manejando la varita. Y, además, hace calceta.
Su oficio le gusta mucho. Encanta en sólo un segundo sin mover el cucurucho: ¡no hay otra igual en el mundo!
Convierte un sapo en burbuja o un neumático en pingüino. Es que Rita es una bruja como la copa de un pino.
Entre conjuros y hechizos corre a casa en media hora, le echa un ojo a los mellizos y pone la lavadora.
Vuelve volando al trabajo. ¡Caramba! ¡Qué movimiento! Rita trabaja a destajo y no descansa un momento.
Haciendo un enorme esfuerzo, llega rauda a su mansión a preparar el almuerzo: guiso de ojos de ratón.
Tiene, tras fregar los platos, diez minutos por delante: da betún a los zapatos cose un botón, zurce un guante…
¡Otra vez a la faena! Transforma un cuervo en mosquito, un gusano en magdalena, a una dama en huevo frito...
Y un pez globo en esquimal. Rita termina, por fin, la jornada laboral, mas continúa el trajín.
En su escoba familiar, con maletero gigante y un enorme sidecar, llega a casa en un instante.
La bruja, con una mano, fríe siete cucarachas, dos babosas y un gusano. Con la otra, bate gachas.
Después baña a sus brujitos. - Bajo la luz de la luna les cuenta cuentos bonitos -mientras menea la cuna.
Rita agotada se sienta en su butacón morado y enseguida se da cuenta: ¡se le olvidó ir al mercado!
Viendo la televisión, pronto se queda dormida. Sonríe el brujo Simón: "Pues sí que eres aburrida".
Dice Rita sin gritar ─ya no le queda ni aliento─: "La tarea del hogar se hará al cincuenta por ciento".
Ahora el quehacer se comparte −desde el miércoles pasado cada uno hace su parte─ ¡y es mucho menos pesado! Autora Carmen Gil (www.poemitas.com)
Su oficio le gusta mucho. Encanta en sólo un segundo sin mover el cucurucho: ¡no hay otra igual en el mundo!
Convierte un sapo en burbuja o un neumático en pingüino. Es que Rita es una bruja como la copa de un pino.
Entre conjuros y hechizos corre a casa en media hora, le echa un ojo a los mellizos y pone la lavadora.
Vuelve volando al trabajo. ¡Caramba! ¡Qué movimiento! Rita trabaja a destajo y no descansa un momento.
Haciendo un enorme esfuerzo, llega rauda a su mansión a preparar el almuerzo: guiso de ojos de ratón.
Tiene, tras fregar los platos, diez minutos por delante: da betún a los zapatos cose un botón, zurce un guante…
¡Otra vez a la faena! Transforma un cuervo en mosquito, un gusano en magdalena, a una dama en huevo frito...
Y un pez globo en esquimal. Rita termina, por fin, la jornada laboral, mas continúa el trajín.
En su escoba familiar, con maletero gigante y un enorme sidecar, llega a casa en un instante.
La bruja, con una mano, fríe siete cucarachas, dos babosas y un gusano. Con la otra, bate gachas.
Después baña a sus brujitos. - Bajo la luz de la luna les cuenta cuentos bonitos -mientras menea la cuna.
Rita agotada se sienta en su butacón morado y enseguida se da cuenta: ¡se le olvidó ir al mercado!
Viendo la televisión, pronto se queda dormida. Sonríe el brujo Simón: "Pues sí que eres aburrida".
Dice Rita sin gritar ─ya no le queda ni aliento─: "La tarea del hogar se hará al cincuenta por ciento".
Ahora el quehacer se comparte −desde el miércoles pasado cada uno hace su parte─ ¡y es mucho menos pesado! Autora Carmen Gil (www.poemitas.com)